Los padres de Lucas Fernández Santos denuncian que a su hijo se le recorta la dosis/kg que tenía pautada debido al coste de la medicación. Desde la Comunidad de Madrid justifican el ahorro proporcionando una excusa médica falsa; aludiendo a una toxicidad de la medicación que nunca se ha producido. La dosis de 40 mg/kg/semana que le salvó la vida a Lucas y que ahora se le recorta; se proporciona habitualmente en los centros pediátricos más especializados de Europa y EEUU; y está recomendada de forma explicita en artículos muy relevantes de la literatura médica para los casos más graves de Pompe infantil; en contra de la afirmación irresponsable de la Comunidad de Madrid, que la califica como «dosis mortal», sólo para reducir el gasto médico de este niño.